lunes, 7 de septiembre de 2020

Cap. 20:    IRFACRUZ, IRFA Y RADIO SANTA CRUZ

Un 12 de octubre de 1982

No trato de realizar ninguna apología de esa fecha. Es más, ni creo en el mito del “descubrimiento” ni en el “encuentro” de culturas”… Pero por esas situaciones de la vida, fue justamente en esa fecha cuando me encontré con el P. Víctor Blajot, en la ciudad de La Paz. Don Víctor era un jesuita venerable, querido por muchos y también rechazado  -¿y quién no lo es?-  por unos pocos.
El P. Blajot había llegado a Bolivia en 1963, con la experiencia acumulada de haber sido maestro formador de novicios, superior de la provincia jesuítica de Cataluña, asistente del superior General de los jesuitas en Roma y otros muchos cargos más…

Aunque como buen catalán tenía sus rasgos de tacañería  -cuando dejé la Compañía de Jesús, no quiso darme un simple finiquito de $us. 600,00 único patrimonio que tenía para recomenzar con 35 años una vida de laico-,  sin embargo había un mutuo sentimiento de simpatía y amistad. Y ese cariño se afianzó y aumentó cuando dejé de ser jesuita.
Ese 12 de octubre marcaría un cambio importante en mi vida. Desde que llegué a Bolivia, siempre había trabajado en las regiones andinas, tal y como describí en capítulos anteriores. Al encontrarnos ese 12 de octubre de 1982, el P. Víctor me abordó directamente: -Con Fe y Alegría estamos iniciando una radio educativa en Santa Cruz de la Sierra, ¿no te animarías a ir a Santa Cruz?  Me sorprendió la pregunta y me agradó la confianza que mostraba en mí. Después de consultarlo con mi esposa, la respuesta fue afirmativa. Nos daba un poco de temor, pues esa decisión significaría cambio de vivienda, de escuela para mis hijas  -que ya habían tenido otro cambio de Barcelona a Iquitos, en Perú, y de ahí a La Paz-, de círculo de amistades y de clima. Pero también era un desafío y la vida está llena de interrogantes y de cambios… Al menos, así lo viví desde que dejé la casa de mis padres a los 17 años. Ahora, con 42 años, seguiría cambiando y caminando por nuevas rutas.
Con esa decisión y para conocer algo en qué consistiría mi nueva tarea, a fines de noviembre del 1982, aterricé en el aeropuerto del Trompillo. A ese mismo aeropuerto había llegado en julio de 1964, después de un viaje por barco desde Barcelona hasta el puerto de Santos, en Brasil, y de ahí, por avión, a Santa Cruz. En aquel momento, Santa Cruz era una etapa de paso hacia mi destino en la ciudad de Sucre, donde permanecería durante tres años trabajando como profesor. Ahora, dieciocho años después, retornaba con mi familia para radicar en las tierras bajas de Bolivia.
Mi primera sorpresa fue encontrarme con Álvaro Puente, que había ido a recibirme acompañado de Rosalba del Valle, religiosa dominica que trabajaba en IRFA. Fue un primer contacto con IRFA. Una manera de conocer una institución que había nacido impulsada por otra religiosa, Emma Rioja, con la inspiración de los jesuitas, Tomás García Garrote y Víctor Blajot.


Instituto Radiofónico Fe y Alegría: IRFA

El Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA) era una adaptación a Bolivia de la experiencia nacida en las islas Canarias (España), también bajo la dirección de los jesuitas. El IRFA canario fue una respuesta al avance económico y turístico de España, en la década de los ’60. La idea en aquel entonces fue ofrecer cursos de educación primaria y también de idiomas a los trabajadores de las islas canarias para que pudieran insertarse en el desarrollo turístico de las islas.

I R F A en 1986 
El 4 de agosto de 1961, el presidente constitucional Víctor Paz Estensoro había promulgado el D.S. Nº 06931 en el que se reconocía a la Iglesia Católica la personería jurídica para ejercer la enseñanza en todo el territorio nacional.

En el año 1966 los jesuitas iniciaron una experiencia  -que procedía de Venezuela y se estaba iniciando también en Perú-  de educación popular.

Ese experimento de capacitación por radio para mejorar los conocimientos de adultos que no habían podido ir a la escuela se trasladó a la República Dominicana y de ahí llegó a Bolivia. En 1975 los jesuitas sugirieron el inicio de una experiencia radiofónica pero adaptada a las necesidades de los sectores populares de Santa Cruz.
Y el inicio del trabajo correspondió a la hermana Emma Rioja, que junto a un pequeño grupo de maestros rurales comenzaron la preparación de locutores y la realización de textos de educación popular.
Durante todo el año de 1975 se prepara, por una parte, al equipo pedagógico (serán ellos los que grabarán las clases radiofónicas) y, por otra, un pequeño grupo que se trasladará por los barrios de la ciudad en moto perifoneando el inicio de clases por radio y animando a quienes los veían incrédulamente para que se inscribieran al primer curso.
Nombres como César Peña, Victoria Rosales, Ilse Arias, Ricardo Joaquín, Mario Panique, María Ribera, Martha Senzano, Ana María Pedriel, Enrique Aguilar, Catalina Rodríguez, Rodolfo Rivas, Eyda Núñez, Ever Rojas (Mosito), Germán Vaca, Armando Vásquez y Gueisa Peña fueron la piedra fundamental, junto a las religiosas fundadoras: Emma Rioja, Rosalba del Valle y Emilia Gómez


“Me recuerdo yo –nos relata Armando Vásquez, uno de los primeros trabajadores que permanece todavía en IRFA- cuando el 78 se inauguraba el mundial de futbol en Argentina, me recuerdo bien y en enero era todo un pistolón que se hacia acá en los medios de comunicación por la gran inauguración del campeonato argentino del 78 y justo inicia enero del 78…, yo entro a trabajar a la institución a invitación de la madre Emma Rioja Gutiérrez que era la Directora en ese tiempo de la institución que sería un lugar más pequeño que ahora donde estamos.

Yo me recuerdo bien que nosotros éramos de todo el personal de IRFA, éramos sólo once personas y la oficina estaba ubicada en la calle Colón por la “7 Calles”; ahí se alquilaba la oficina que eran 2 piezas, su pequeño patio, una salita de grabación y no era más… Ahí era el alquiler y toda esta oficina estaba comandada por las religiosas que en ese tiempo ya estaban las hermanitas llevando adelante lo que era la institución a la cabeza de la hermana Emma Rioja”

Un año después, en 1976, a través de radio Oriental, Grigotá y Santa Cruz, en Santa Cruz de la Sierra, y radio Mensaje y Norte, en Montero, salieron al aire las primeras clases de educación de adultos dirigidas a los clubes de madres y, posteriormente, a comunidades rurales.
Dos nombres que no se pueden pasar por alto y que fueron piezas clave en el desarrollo de IRFA: Germán Vaca, cariñosamente apodado “Chicharrón”, como promotor de la zona norte, en Montero, y Enrique Aguilar, como técnico de imprenta, amos ya fallecidos.
Y otro nombre que fue puntal en el trabajo de IRFA es el de Fanny Perrogón. El 1 de febrero de 1978 inició su tarea junto a la fundadora Emma Rioja: ”Empecé de secretaria de IRFA  -nos relata Fanny como testimonio-; luego, auxiliar contable y terminé de contadora. No trabajaba con los promotores directamente, pero me tocaba ir de gira algunos fines de semana, sobre todo cuando se aplicaban los exámenes, o a visitar a los Maestros Guías. Cuando se hacían cursillos de Maestros Guías iba a Muyurina a participar de los talleres”.

Del inicio de IRFA preñado del entusiasmo de los fundadores se fue pasando a una etapa de mayor organización y ampliación del trabajo; para ello, se incorporó la experiencia de enseñar el evangelio por radio y, como una sección del IRFA, se creó EVARUR (Evangelización Rural por Radio). Este paso significó la incorporación de dos religiosas: Madela Sainz y Bárbara Barr además de los laicos Juan Miguel Zambrana, Eliseo Morón y Carmen Coca.
El tiempo avanza, las necesidades se agrandan y de una pequeña infraestructura en la calle Colón, se adquiere un terreno y local propio en el barrio Fe y Alegría (lugar en el que permanece hasta el día de hoy). No solamente se cambia de oficina, sino que se contempla la necesidad de no depender de las emisoras que transmitían las clases. Nuevamente la Hna. Emma Rioja, en conversaciones con los jesuitas de la parroquia de La Merced, consideran la importancia de disponer de una emisora propia: de esa forma se podría escoger los horarios más convenientes para las clases, sin estar supeditados a las publicidades comerciales y/o a las transmisiones de fútbol que las emisoras privadas consideraban prioritarias.
“En el tema de las visitas pedagógicas  -nos explica Carlos Coca-  antes salíamos a hacer las visitas, pero ahora sólo lo hacen los promotores y ellos son los que hacen sus informes, viendo qué dificultad hay, que se vaya  avanzando, y esa información a veces no nos llega, el promotor no lo trae.
Está el promotor que es el encargado de zona, donde tiene sus maestros guías, su centro, sus  alumnos. Y está el coordinador de promotores que es el que viaja a cada zona a hacerle seguimiento. Ahora yo estoy como coordinador de promotores”.
El trabajo en aquellos años estaba inspirado más por la mística que por el interés económico. Por eso, la misma Fanny nos recordará que cuando realizaron el I Seminario de IRFA en “Muyurina[i], en octubre de 1978, se realizó un seminario a nivel  latinoamericano denominado "Curriculum Radiofónico" auspiciado por ALER y la sede fue IRFA. La Hna. Emma me mandó de secretaria a ese seminario. Luego de tres semanas, hubo una última semana donde se reunieron los Directores de las Escuelas Radiofónicas solamente, y en la misma también me tuve que quedar de secretaria pero estuve solamente el día lunes, porque murió mi padre biológico y me tuve que ausentar. Regresé a Muyurina luego del funeral y antes de terminar la reunión de directores tuve que irme a Santa Cruz a mecanografiar el informe final del seminario para que se lo llevaran los directores. Trabajé más de 40 horas seguidas sin dormir pero logré terminarlo a tiempo”.
El trabajo no se reducía a la grabación de las clases o a la impresión de documentos, sino que se extendía a desplazarse por las comunidades campesinas, a pesar de que los caminos no siempre eran cómodos y transitables. Por eso, Fanny recordará también aquellos caminos por donde transitaba en el Toyota, hace más de treinta años: “Recuerdo los caminos malos y las plantadas que nos dábamos en la noche; una vez estábamos desde atrás empujando el Land Cruiser para sacarlo porque estaba enfangado, y la traviesa de Toya  -Victoria Rosales, otra las iniciadoras del IRFA- pisó el acelerador y nos bañó de barro a todos los que estábamos por atrás empujando”.
En 1982, después de reflexión y búsqueda de financiamiento en el exterior, se consigue el apoyo de una ONG de Holanda para la adquisición de una radioemisora que, además tenía aprobadas por el ministerio de Comunicación las frecuencias en ondas media y corta y un nombre que la señalaba como una insignia para nuestro departamento: Radio Santa Cruz.

RADIO SANTA CRUZ
Con esa realidad me encontré en aquel mes de noviembre de 1982 y, al mismo tiempo, con la novedad de que la Hna. Emma Rioja había sido destinada por sus superioras a Cochabamba, con lo cual en enero de 1983 me correspondía iniciar el año como director de IRFA y con la misión de comprar la radioemisora Santa Cruz y trasladarla a las oficinas del barrio Fe y Alegría.
Sin embargo, no significaba que en aquel momento estaría solo para esa tarea: por una parte, el equipo de maestros y promotores ya mencionados anteriormente y, por otra, el apoyo de Álvaro Puente  -que había llegado a IRFA pocos meses antes que yo-  y de Rosalba del Valle fueron fundamentales. Rosalba había estado desde un inicio con Emma y conocía todo el tema pedagógico; Álvaro regresaba a Bolivia después de un exilio, desde el golpe de García Meza, que lo llevó a Nicaragua, Cuba y México. Su formación ideológica, además de su capacidad práctica para solucionar problemas técnicos fue indispensable.  
En palabras del propietario de la radioemisora que nos vendió, podemos recordar cómo se dieron los primeros pasos, desde que la dirigió el Señor Emilio Peña y pasó a su hijo Emiliano: “Todos han puesto su granito de arena para hacer que ese medio creciera, hemos llegado a ocupar sitiales importantes a nivel local y a nivel nacional en cuestión de audiencia. Cuando ya mi padre tuvo su infección de diabetes, alguien tenía que ponerse al frente, yo ya estaba estudiando la Carrera de Derecho en la Universidad René Moreno, yo había estudiado Electrónica, así que le ayudaba en lo técnico y en lo administrativo; yo estuve con la Radio desde el año 1972 - 1973 por ahí, hasta el año 1983, en que pasó a Fe y Alegría”.
El nombre de la emisora era importante para IRFA puesto que hace alusión al departamento cruceño y, además, porque ese nombre estuvo sugerido por uno de los grandes personajes de la historia cruceña: como se luchó por la regalía del 11%, exigieron a mi padre que tenía que cambiarle el nombre.  El Doctor Melchor Pinto Parada, que fue un Patricio Cruceño, le dice a mi padre: «tu Radio puso el pecho por su pueblo, puso al servicio de Santa Cruz, yo quiero pedirte que le pongas RADIO SANTA CRUZ porque se lo han ganado y que su aniversario sea el 24 de Septiembre» y seguí el consejo de don Melchor Pinto".

IRFACRUZ SRL.
El primer paso fue legalizar y darle personería jurídica a la radio adquirida. Debo mencionar el gran aporte del abogado, Fernando Rodríguez, que tuvo que conjugar lo jurídico con lo religioso: hacía falta dos socios para constituir una Sociedad de Responsabilidad Limitada, que aportaran un capital para comprar la radio: la Compañía de Jesús fue uno de los socios y Fe y Alegría, el otro. Para resaltar el nombre de IRFA  -iniciadora de la experiencia- se le adjuntó CRUZ  -en alusión al departamento- y de ahí nació IRFACRUZ.
El siguiente paso fue dotar a la emisora de una potencia de transmisión de 1 kilovatio en ondas media y corta, de tal forma que en las comunidades más alejadas de la ciudad pudieran escuchar no solamente ya las clases, sino los programas informativos y de entretenimiento propios de toda radio.
Pronto empezó a sonar en el éter una melodía, escrita y cantada por el camba Florencio, acompañado por Marcelo Zanabria, que se convirtió en la característica de radio Santa Cruz:
Tonadas que son ciclajes,
Cual canto tierno del sayubú,
Que cuanto más las escuchas
Más te entretiene radio Santa Cruz.
Con su mensaje educando,
Opina y orienta, cumpa singular,
Cual torcaza mensajera
Informao te tiene radio Santa Cruz”.
El reto era grande: había que crear un espacio informativo (Informacruz, dirigido por Fortunato Esquivel); había que incorporar algunas lenguas indígenas para aquellos que en la distancia nos escuchaban, y así nació el informativo trilingüe (castellano, quechua y guaraní, conducido por Marcelo Huanca) y no se podía dejar de lado el papel de la mujer, tantas veces postergada en Santa Cruz: la radio revista “Mujeres del Pueblo”, conducida por Miriam Suárez, se dedicó a resaltar los derechos de la mujer.
La participación del pueblo era fundamental en el enfoque de una radio popular y comunitaria, por ello, se creó el programa “La Peñita del Pueblo”, difundida los sábados por la tarde, que invitaba a cantar a diferentes representantes de los barrios, de entre los cuales surgieron algunas voces destacadas.
El 25 de octubre de 1983, aniversario de la creación de IRFA, se inauguró también con nuevos equipos  -lo cual me significó un periplo por ONG’s de Europa y por una empresa distribuidora de equipos de radio, en Miami-  la nueva Radio Santa Cruz, la emisora del Instituto Radiofónico Fe y Alegría…, con una pequeña trampita: los equipos que adquirí en Miami recién habían llegado a nuestra oficinas, no estaban instalados todavía para funcionar correctamente… ¿la solución?  Colocamos todo lo nuevo en las áreas que visitaría el público, pero la transmisión verdadera se realizaba desde un cuarto aparte… Todos quedaron admirados por la “calidad” de sonido que emitían… ¡los equipos viejos!
Al mismo tiempo que la emisora se consolidaba, el Instituto Radiofónico iba creciendo en alumnado y se requirió la incorporación de más promotores que atendieran regiones como Camiri, San Julián, Guarayos  además de los barrios de la ciudad.
La formación de los estudiantes exigía un crecimiento también en el nivel pedagógico así como en el seguimiento in situ a los estudiantes. El papel de Victoria Rosales (Toya) como cabeza de los promotores fue fundamental para alentar a maestros guías y estudiantes a superar las dificultades de un aprendizaje realizado por radio y a una edad en la que ya quedaba lejana la escuela formal. A nivel administrativo, Fanny Perrogón y, posteriormente, Beatriz Romero, se encargaron del buen funcionamiento contable de la institución.
Además de las clases de alfabetización y primeros cursos del nivel primario, se incorporó el nivel intermedio: ocho cursos en total que permitían a los estudiantes recibir su certificado de estudios reconocido por el Ministerio de Educación.
¿Una emisora subversiva?
En la década de los ’80 -exactamente el 10 de octubre de 1982-,  Bolivia salía de años de dictadura militar y se iniciaba el período democrático con el retorno de la Unión Democrática Popular (UDP), bajo la Presidencia de Hernán Siles Suazo. Eran años de transición, no todos admitían un gobierno conformado, entre otros partidos, por el PCB y el MIR. En el Oriente Boliviano, predominaba dentro de la política un enfoque conservador, con una tradición basada fundamentalmente en FSB.
De ahí que, comenzar con una radioemisora que hablaba a favor de los campesinos y los pueblos indígenas, que denunciaba el abuso de algunos terratenientes y que proclamaba los derechos de las mujeres, significó crear un cierto ambiente adverso a la radio Santa Cruz, aun cuando los sectores populares estaban totalmente a favor de esa emisora.
Un ejemplo patente fue la denuncia de la masacre llevada a cabo en San Julián, en 1985, cuando el empresario Tomelic disparó contra campesinos quechuas que habían migrado desde Potosí para colonizar aquel municipio. Como respuesta, los mismos campesinos mataron a dicho empresario. La reacción de los medios de comunicación privados y de los sectores conservadores de la Falange y del Comité Cívico cruceño fue tajante e intentaron vengar, por una parte, la sangre del “patricio cruceño” y, por otra, atacar a la radio Santa Cruz que salió en defensa de los campesinos.
Después de unos días de tensión, fomentados desde la ciudad de Santa Cruz por un presentador de Canal 13 que insultaba a los campesinos “collas” calificándolos como “asesinos que chupaban la sangre de los cambas” y otras afirmaciones falsas, la situación se serenó…
Con el transcurso de los años, Radio Santa Cruz iría ganando un espacio preferencial en el área rural gracias a la potencia del transmisor de onda corta, y del enfoque de los programas informativos y de participación.

La hora cruceña
El Comité cívico pro-Santa Cruz ha jugado papeles muy importantes en el desarrollo de la cruceñidad bajo la dirección de grandes líderes, tal y como se menciona anteriormente a propósito de don Melchor Pinto Parada. Sin embargo, no siempre ha tenido líderes de la misma talla de don Melchor…  En los años 84, y con el afán de cobrar más protagonismo, se les ocurrió instaurar la “hora cruceña”, lo cual significaba adelantar el reloj en una hora, con respecto a todo el país.
La idea no tenía mucho sentido pues se aplicaba tan sólo a la ciudad, por tanto quienes iban a trabajar a Montero, situado a 50 kms. de Santa Cruz, llegaban antes todavía de que abrieran las oficinas… Igual ocurría en los vuelos… Se quiso copiar de Brasil, que tiene husos horarios diferentes dentro del mismo país, debido a que en el país vecino hay diferentes meridianos que lo cruzan de norte a sur…
Muchas radios se plegaron al pedido del Comité y anunciaban: “En Santa Cruz son las 08:00 de la mañana y en Bolivia las 07:00”. ¡De locos! En Radio Santa Cruz no aceptamos ese cambio, lo cual nos valió críticas por parte de la derecha comiteísta, aunque a las pocas semanas se retiró la propuesta y todo siguió normal…  

La música, un elemento sustancial
Radio Santa Cruz había transmitido siempre en onda media y corta. Diez años más tarde, en 1993, dio paso también a la frecuencia modulada, con la finalidad de acompañar musicalmente a una audiencia urbana que no siempre se interesaba por mensajes concientizadores. De esa forma, ampliamos la infraestructura (se construyó un salón de actos donde pudieran actuar cantantes, realizar presentaciones musicales y otros eventos de cultura) y adquirimos un transmisor Harris, transistorizado, de 10 kilovatios de potencia. Algo nunca visto en Santa Cruz y que algunos colegas de otras emisoras nos pedían contemplar ese bello transmisor. La pregunta clásica brotaba enseguida: “¿Y cuánto vale?” Yo les remitía a El Principito, de Saint Exupéry, aunque dudo que muchos de ellos lo hubieran leído…



Coincidiendo con las elecciones presidenciales de junio de 1993 (que ganó el MNR con Gonzalo Sánchez de Lozada) se lanzó al éter el primer programa en frecuencia modulada, con todo una grupo de jóvenes comunicadores, alumnos míos de la Universidad Núr: Sandra Parada, Róger Romay, Rolando Colpari,  Rubén Pacheco, Marcelo Vera y otros jóvenes…

Foto: En la inauguración de las nuevas instalaciones, el Vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas, el Alcalde Percy Fernández y detrás el Director General de IRFACRUZ, P. Víctor Blajot.

PERSONAL DE IRFA: 1975 - 2014
Directores:
Emma Rioja (1975-1982)
José Ros (1983-1986)
Eugenio Domínguez, S.I. (1986-1988)
Víctor Blajot, S.I. (1989-1994)
Francisco Flores, S.I. (1995-2002)
Javier Velasco, S.I. (2003-2012)
Juan Carlos  Gutiérrez  (2013…)